Padres obesos, ¿hijos obesos?


Padres obesos, ¿hijos obesos?


OMS afirma que cambios en hábitos alimenticios y falta de actividad física, más allá de la genética, están causando obesidad.
43 millones de niños a nivel mundial, menores de 5 años reportan sobrepeso.

XXX, 2011. Según la Organización Mundial de la Salud, la causa fundamental de la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas.

El organismo indica que más allá de la genética, los inadecuados hábitos alimenticios y la falta de actividad física, heredados generalmente por los padres, son causantes del problema a nivel mundial.


Las circunstancias externas juegan un papel fundamental cuando se trata del ambiente familiar, espacio de educación y aprendizaje de los niños.


Durante la infancia, los niños aprenden las bases esenciales sobre la comida y el acto de comer, pero también sobre la realización de actividad física. Poco a poco adquieren diferentes hábitos alimenticios que se practican en casa, hasta integrarlos por completo en su conducta.


Según afirma la Dra. Rosa Elena Mora, Endocrinóloga Pediatra de Venezuela “cuando las costumbres del núcleo familiar no son las más sanas, esto afectará negativamente a los hijos, en cuanto a su propio estilo de vida y su salud a futuro”.


Genes versus hábitos


En un estudio realizado en el año 2008 acerca de la Influencia de la Obesidad de los Padres y de los Abuelos en la Obesidad Infantil, el investigador Matthew Davis y colaboradores corroboran lo que artículos anteriores han señalado: a mayor grado de obesidad en los padres, mayor riesgo de sobrepeso en sus hijos, niños o adolescentes.


Observaron que el riesgo es de un 80% mayor cuando ambos padres son obesos que cuando sólo uno lo es, sobre todo si se trata de una madre obesa. Esto último se explica porque en la mayor parte de los casos, las mujeres son las encargadas de inculcar los hábitos alimenticios en el hogar –cuándo y cómo comer, qué comer, qué evitar, qué limitar-.


Cuando la madre padece de obesidad y mantiene hábitos nutricionales inadecuados en cuanto a la comida, es más fácil que los hijos repitan este comportamiento, con el consecuente peligro de subir ellos mismos de peso.


Hábitos que castigan


Los cambios genéticos han sido pocos en los últimos 40 años, pero la prevalencia de la obesidad mundial sigue en aumento, lo que explica que los cambios en los hábitos de vida afectan el control del peso.


Desafortunadamente, según las doctoras Marilyn W. Edmunds y Laurie Scudder, profesoras clínicas de las Universidades de Baltimore, Maryland, el 90% de los padres de niños con sobrepeso no aceptan que sus hijos tienen un problema. Esto puede deberse a la falta de autoridad moral para manejar adecuadamente la alimentación de sus hijos y estimularlos a realizar ejercicio, ya que ellos mismos no dan el debido ejemplo desde el hogar. Es imposible generar hábitos correctos de alimentación y actividad física cuando los padres de familia no cambian su propia conducta.


“Comprender que el sobrepeso y la obesidad representan un verdadero problema de salud independientemente de la edad de quienes lo padezcan, es el primer paso para resolver el problema. Luego, aceptar que no hay soluciones mágicas y que adoptar un estilo de vida saludable que involucre a todo el grupo familiar es la solución a largo plazo” señala la Dra. Rosa Elena Mora.


Equilibrio calórico


Esencial para contrarrestar el sobrepeso y la obesidad es realizar actividad física de forma regular y mantener una alimentación balanceada. La actividad física debe ser inculcada a los niños desde la temprana edad, a fin de generar un hábito que les dure para toda la vida.


“Analizar los hábitos alimenticios y la actividad física que realizan sus hijos, para buscar un balance entre la ingesta y el gasto calórico, es primordial para alcanzar un estilo de vida activo y saludable”, concluye la doctora Mora.


Fuentes:


Organización Mundial de la Salud. Obesidad y Sobrepeso. En:http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/index.html
Whitaker R, Wrigth J,Pepe M, Seidel KD, Dietz WH. Predicting obesity in young adulthood from childhood and parental obesity. N Eng J Med 1997; 337: 869-873.
Davis M, McGonagle K, Schoeni R, Stafford F. Grandparental and parental Obesity Influences on childhood Overweight: Implications for Primary Care Practice. JABFM 2008; 21 (6): 549 – 554.
Nguyen D, El-Serag H, The Epidemiologyof Obesity . Gastroenterol Clin N Am. 2010; 39: 1–7
Marilyn W. Edmunds y Laurie Scudder, My Child Is Not Fat, 10/02/09.

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